Jorge Santos

«El yoga llegó a mí como un juego, se convirtió en pasión y hoy es mi vida»
El yoga llegó a mi vida cuando tenía 12 años, de la mano de mi padre y de mi abuelo. Por aquel entonces lo vivía como un juego divertido que me ayudaba a concentrarme.
Con algo más de 20 años, comencé a investigar y experimentar en diferentes escuelas y estilos de yoga.
Fueron años de estudio y práctica que despertaron mi pasión por esta disciplina. Poco a poco cuerpo y mente empezaron a mostrarme espacios hasta entonces desconocidos de serenidad, calma mental, visión profunda y una mayor aceptación de la realidad tal como es.
Antes de cumplir los 30, decidí dedicarme a compartir este amor por el yoga a través de la enseñanza. En 2004 Carlos Fiel, Director de la Escuela Sadhana apareció en mi vida. Su forma de entender y transmitir el yoga me encantó y comencé mi formación como profesor en su escuela durante 4 años, con la que colaboré 4 años más como tutor en la escuela de Madrid.
En 2006, tomé la gran decisión de mi vida. Dejé mi trabajo como contable para comprometerme plenamente con el yoga y su enseñanza. Viajé en varias ocasiones a India, para continuar mi formación.
En 2007 promoví y creé «El Alma del Yoga», proyecto que ha ido creciendo y progresando con un ritmo propio que se refleja en cada una de nuestras acciones.
Continuando con mi evolución, estuve viviendo en la Fundación Mahasandhi, recibiendo las enseñanzas de Trascendencia Total sobre el camino espiritual y Koby Nehushtan sobre Medicina Tradicional China.
Encontrar a Paramahansa Vishwananda y seguir sus enseñanazas sobre Kriya Yoga y Bhakti Yoga ha supuesto una poderosa transformación en mi vida, gracias a él continuo avanzando hacia algo que no se puede describir con palabras.
Actualmente, además de mi labor como profesor de yoga y Acupuntor, colaboro con Bhakti Marga, el Instituto Devacharya y la Fundación Mahasandhi, una oportunidad para ampliar y difundir mis conocimientos de Yoga, Ayurveda y Alquimia por lo que estoy agradecido.
Elena García Navarro

Soy psicóloga sanitaria, psicoterapeuta corporal y profesora de Yoga. Mi enfoque es humanista y concibo cuerpo y mente como una unidad. A lo largo de los últimos 20 años, me he formado en distintas disciplinas para poder abordar el proceso psicoterapéutico de la manera más holística posible contemplando las 3 áreas que nos constituyen como seres humanos: mente, cuerpo y emoción.
Uno de los principios básicos de mi trabajo es concebir a la persona como una unidad. La salud también es un concepto unitario: existe una relación directa entre la salud física y la mental, entre la salud emocional y la salud sexual, y un desequilibrio en cualquiera de estas áreas estará afectando al resto, en detrimento de nuestra salud global.
Actualmente paso consulta e imparto clases y talleres de yoga en La Sala del Ser de Alicante, donde resido, y también realizo sesiones de psicoterapia on-line. Esta pasión y entrega por querer acompañar en procesos de evolución personal me ha motivado a viajar para colaborar con distintos compañeros y ofrecer mis talleres en sus centros.
Jorge, amigo y compañero de camino, me invitó a ofrecer los talleres de “cuerpo sintiente – Mujer consciente” que he creado en El alma del Yoga y… ¡aquí estoy!
TALLERES CUERPO SINTIENTE MUJER CONSCIENTE
Creo que necesitamos resignificar lo que es ser mujer para cada una de nosotras y ser femenina al margen del modelo que nos transmitió nuestra madre y para eso necesitamos tiempo y experiencias donde explorar y compartir. Momentos de silencio, poder vaciarnos de tanto constructo heredado para contactar con quienes realmente somos, con nuestra expresión vital más genuina.
Esta propuesta propone llegar a lo espiritual a través del CUERPO. Usamos el cuerpo como conocimiento, como filtro de todo lo que nos pase, no hay comprensión que nos vaya a entrar por la cabeza como seres sintientes que somos, y es justo ahí, en el cuerpo, donde sentimos. Nuestro cuerpo tiene memoria y tiene registro de todo lo vivido y, aunque nuestra memoria consciente no alcance, vamos generando corazas para protegernos por pura supervivencia.
Haremos énfasis en el despertar más que en la sanación, eso es algo que ya viene detrás… Poder estar conscientes y ser coherentes, disolver las corazas que nos protegen, que nos aíslan del contacto con la vida… soltar los condicionamientos que nos alejan de nosotras mismas y de lo que verdaderamente somos.
Usaremos herramientas como la bioenergética, yoga, movimiento intuitivo, respiración ovárica, danza… Como hemos dicho el cuerpo tiene muy buena memoria y no olvida, podrá reprimir, amordazar, censurar, silenciar por pura supervivencia pero no olvidará. Pensad que estas experiencias se dan en etapas tempranas y en la infancia y no disponemos de herramientas para protegernos. La idea es poder ir derritiendo las corazas que levantamos en esa defensa.
Esta propuesta es desde un enfoque con cualidades femeninas como el movimiento, la suavidad, la celebración, la expresión, la palabra…. Sin estar exento de otras cualidades masculinas como la fuerza, el apoyo, la determinación…. Es un acercamiento a nuestra verdad a través de nuestros cuerpos. Cuántas veces se nos ha dicho aquello de “sé fuerte, tú puedes con todo, ves a por todas….”muchas veces sin tenernos en cuenta y creo honestamente que la enfermedad en muchos casos se genera justo en ese instante al pasar por encima de nosotras y no tenernos en cuenta. Estos mandatos los hemos actuado de una forma muy masculina, muy mental… pero cuando nos “rompemos” a través de este trabajo, llegamos mucho más rápido al corazón, a la compasión, al autocuidado….
Te propongo este viaje por nuestra geografía corporal, nuestras tensiones y bloqueos, para adentrarnos en el territorio de la emoción y explorar los paisajes que nos habitan: del dolor a la alegría, de la ternura a la rabia, de la vulnerabilidad a la fuerza…
Una travesía donde a través de distintas técnicas y herramientas psicocorporales las mujeres podremos profundizar en nuestro autoconocimiento, acercándonos desde nuestra responsabilidad a una mayor libertad personal.
El realizarlo en grupo nos permite poder contar con esa red de sostén donde apoyarnos, esa red que nos sirve de espejo donde reflejarnos en otras mujeres… red de la que nos hemos visto privadas por el ritmo de vida que llevamos y que añoramos.